Nació en Juchitán (Oaxaca) el 17 de julio de 1940. Artista polifacético, trabajó con acuarela, óleos, gouché y fresco, además de la litografía, la cerámica, la escultura, en piedra, madera y cera.

Sus padres Francisco López Orozco, dependiente de comercio; y su madre, Florencia Toledo Nolasco, era de una familia de oficio matancero (abrir reses en canal); el artista fue el cuarto de siete hijos.

Siendo un niño, Toledo mostró especiales habilidades de dibujo que fueron alentadas por su padre, que entregó las paredes de su casa a la ola creativa de su vástago.

La imaginación infantil del artista también se alimentó de su abuelo paterno, Benjamín, un zapatero de Ixtepec que lo llevaba en salidas campestres en busca de resina vegetal, en tanto que le relataba historias de seres fantásticos.

En París conoció al poeta mexicano Octavio Paz y al pintor mexicano Rufino Tamayo, además de estudiar con el pintor británico Stanley Hayter.

Entre los reconocimientos que recibió destacan el Premio Nacional de Ciencias y Artes en 1998, el Premio Príncipe Claus en 2000 y el Premio Right Livelihood en 2005.

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Zapotecas universales

Famoso por su activismo social; su denuncia permitió recuperar obras de arte que ahora se exponen en la residencia presidencial de México, Toledo desarrolló una vasta obra arraigada en lo zapoteca y la herencia prehispánica de Oaxaca, estado rico en culturas indígenas.

Tuvo una destaca faceta filantrópica marcada por la fundación de instituciones como el Patronato Pro Defensa y Conservación del Patrimonio Natural y Cultural del Estado de Oaxaca (Pro-Oax) y el Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca (IAGO).

En enero del 2015, Toledo donó a México el IAGO y el Centro Fotográfico Manuel Álvarez Bravo, donde acumulaba más de 50 años de creación, alrededor de 125 mil objetos, según las autoridades culturales del Gobierno mexicano.

La obra de Toledo ha sido expuesta en museos de México, Estados Unidos, América Latina, Europa y Asia. En ella hay lo mismo colecciones como Zoología fantástica. Homenaje a Jorge Luis Borges, que portadas para cuadernillos que regala a estudiantes oaxaqueños.

Aunque fue considerado como miembro de la generación de La Ruptura (1950-1970), grupo que transgredió los cánones de los muralistas tradicionales Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros y José Clemente Orozco, Toledo fue más que nada un transgresor del arte.

Entre los pintores que acompañan a esta generación están artistas como Gilberto Aceves Navarro, Lilia Carrillo, Pedro Coronel, José Luis Cuevas, Manuel Felguérez, Fernando García Ponce, Roger von Gunten y Vicente Rojo.

La defensa

Mostró un gran compromiso social en defensa de las tradiciones culturales y sociales de Oaxaca, y como ejemplo de ello en 2002 protestó contra la apertura de un local de hamburguesas y como alternativa regaló tamales oaxaqueños (masa de maíz cocida) y atole (bebida caliente de maíz).

En los últimos años, se destacó por su oposición al cultivo de transgénicos y la construcción del Centro de Convenciones de Oaxaca en el Fortín, un lugar considerado el pulmón de Oaxaca, y por su respaldo a las familias de los 43 estudiantes de la Escuela Normal (de magisterio) de Ayotzinapa.

Entre los reconocimientos que recibió destacan el Premio Nacional de Ciencias y Artes en 1998, el Premio Príncipe Claus en 2000 y el Premio Right Livelihood en 2005.

 El último adiós

Decenas de personas lo recordaron con veladoras y canciones durante la madrugada del viernes en su natal estado de Oaxaca.

La noticia congregó a admiradores y amigos al Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca ciudad donde el maestro Toledo, natural de Juchitán de Zaragoza, también en el sureño estado de Oaxaca, preparó algunas de sus obras más recientes.

Veladoras y canciones de la región del Istmo de Tehuantepec acompañaron la velada de la última noche de este pintor, considerado por muchos como el artista plástico más importante de México.

Al interior del Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca devotos llevaron ofrendas florales.

Fernando Gálvez, curador de Arte y exdirector del Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca, dijo a medios tras conocer su muerte, que la huella de Toledo está “en todas las galerías y espacios culturales” de la región.

Aparte de su talento creativo, el maestro Toledo es reconocido por su activismo en la historia reciente de México en casos como la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, o para pedir ayuda a los damnificados del poderoso sismo del 7 de septiembre de 2017 que afectó enormemente su tierra natal, Juchitán, dejando en total 98 fallecidos y enormes daños materiales.

Ello lo llevó a instalar con su dinero 45 cocinas comunitarias para la atención de los damnificados.

“El maestro Toledo nos ha acompañado en tantas luchas, luchas por los derechos, luchas por las mujeres, por los territorios, por las libertades. Para nosotros representa una ausencia, pero como lo acabo de colocar aquí, la fuerza del maestro se queda con nosotros,” dijo Angélica Ayala Ortiz, activista feminista de Oaxaca.

De acuerdo con información publicada en las redes sociales del maestro, las exequias serán en la intimidad de la familia. “Pedimos respetar nuestro dolor, y la manera en que nuestro padre manejó su intimidad,” apuntaron

Con información de El Universal