Los niños son los mejores lectores: Franco Hinojosa

El narrador y poeta Francisco Hinojosa es un prolífico, creativo y entusiasta no sólo escritor; si no embajador de la lectura infantil y juvenil

El narrador y poeta Francisco Hinojosa es un prolífico, creativo y entusiasta no sólo escritor; si no embajador de la lectura infantil y juvenil. Llega con su nuevo relato Inchi farofe, palabras sacadas de las lenguas de los grandes mundos que recrea. En entrevista con El Popular, diario Imparcial de Puebla nos cuenta sobre su nuevo material de lectura.

Lee: Premian bandas independientes de BUAP


Inchi farofe, ¿qué significado hay en el título?

—El libro lo explica por sí solo; “una palabra”, la primera que puede ser mal sonante, lo es para los abuelos de este niño. Y bueno ante la amenaza de que si sigue diciendo esta palabra lo van a castigar, prefiere cambiarla por otra y ésa es farofe, que significa lo mismo que inchi y cuando le preguntan el significado de ambas palabras dice que significa lo que el hablante quiere decir. Y es un poco la manera de jugar con las palabras.

 

El escritor es testigo del nacimiento de la palabra, ¿es el caso de Inchi farofe?

—Sí claro, de eso se trata, y es también una invitación para jugar con las palabras a resignificarlas. Y dejar en claro que las palabras son del hablante, no de los académicos ni de quienes hacen los diccionarios.

 

De acuerdo con tu libro, la verdad, no existe ninguna ley que impida inventar palabras. El problema es que algunos se sienten dueños o autorizados para hacerlo ¿Tú te sientes dueño de ese privilegio?

—Sí, yo creo que los arquitectos pueden inventar las formas que quieran y darle a un edificio una forma; acabo de estar en Bolivia y vi un edificio con la forma de Iron-Man, pueden hacerlo. “El escritor tiene la posibilidad de usar las palabras; finalmente son instrumento y pueden darle el significado que quieran.”

 

En el texto encontramos imágenes poéticas. En realidad, tu lado de poeta de una o de otra forma se asoma en tus textos, ¿lo habías notado?

—No, no lo había notado, no lo hago con esa intención. La verdad tardo mucho en encontrar las palabras y me gusta usar la palabra justa. Y me remito a mis lecturas esenciales como: Jorge Luis Borges, Alfonso Reyes o Juan José Arreola, que siempre tienen la palabra exacta, no había otra que pudiera ser y yo me remito a ellos para buscar la palabra de lo que yo quiero decir.

 

¿Qué significa escribir para niños?

—Para mí es una manera de jugar jugando y seguir siendo niño, está presente el juego y el humor. Es algo que recupero de mi propia infancia y es una propuesta que hago: jugar con el lector, jugar, interactuar con él, proponerle aventuras o historias que puedan mantener la comunicación escritor-lector

 

¿Inchi Farofe ¿es algo vivencial?

—No, pero sí de niño inventé una palabra cuando estaba harto — eso es algo que a cada rato me recuerdan mis padres—. Cuando estaba harto de ellos les decía que se fueran a la Vilichona.Está palabra no sé por qué la invente y de dónde viene. Y cuando me preguntaban que qué significaba eso, decía que se fueran a Ciudad Universitaria; entonces de ahí surgió se juego de palabras. Yo tenía cuadernos llenos de palabras y bien podía decir éste es el cuaderno de los colores, y eran colores nuevos que yo inventaba; siempre estaba en la búsqueda de las palabras, ellas siempre han estado en mi vida:la invención de neologismos en casi todo lo que escribo.

 

¿Hayalgún testimonio que te haya impactado de algún niño con tus cuentos?

—Hay como una colección de respuestas. Hay niños tímidos que de pronto les despierta. Algo mis lecturas y quieren escribir después de leer estos cuentos. Los niños son los mejores lectores, mucho más los adultos, que las estadísticas dicen que leemos muy pocos libros al año, pero si contáramos solamente a los lectores de 5 a 12 años, esas cifras subirían bastante.

 

¿Cómo ves la literatura infantil actualmente en México?

—Soy muy optimista. Hace treinta años no había autores para niños, y hoy es una cantidad no sólo de escritores sino de ilustradores, editores, diseñadores. Ha crecido a un ritmo exponencial. Hace poco le preguntaban a un colega Juan Carlos Quezada, cuántos lectores para niños hay, no sé de dónde lo sacó pero dijo 80. Le pregunte de dónde sacaste esa cifra y me dijo: yo me imagino, hice cuentas y son bastantes los que persisten y andan por ahí, cuando hace 30 años no.

 

¿Qué consejo les darías a los escritores para niños?

—El único que creo realmente importante es; para escribir hay que leer. Hay muchos autores jóvenes que piensan que no es necesario leer y que están tocados por la varita mágica, pero no, hay que leer mil libros antes de escribir y publicar, y otros mil para la siguiente publicación.

  • URL copiada al portapapeles