Con este nuevo trabajo de escritura presenta su visión sobre lo cotidiano. En entrevista con El Popular, diario Imparcial de Puebla nos habla más sobre este libro.

Kasabian 24/7 y el tÍtulo de tu libro, ¿cuál es la relación?—La canción de Kasabian, twenty-four-seven la encontré unos meses antes de que saliera la convocatoria del Pecda, y desde ahí me llamó la atención de los temas que habla, es decir, de cuando alguien busca ser algo a través de los objetos. En ese sentido, es una relación cercana que incluso decidí poner la letra a manera de epígrafe. También me gusta pensar que el libro está escrito con un ritmo similar al de la canción, pese a tener un trasfondo quizá un poco más reflexivo. Claro, el libro terminó distanciándose mucho de la canción de la que surgió ese boceto, pero me gusta pensar que es una especie de intertextualidad tenue que se puede dar.

¿Por qué otro libro de ensayos?—La verdad es que me siento cómodo haciendo ensayos. Se me da bastante bien, lo he dicho en algunas ocasiones, esto de preguntarme cosas y encontrar los argumentos posibles, elaborar un punto de vista propio que si bien está nutrido por la experiencia que se va adquiriendo, permite explorar también lo que otros han dicho o hecho sobre los mismos temas.

Es evidente que hablas de varias temáticas en tus ensayos ¿Cómo consideras que fue ese trabajo en este libro? —Este libro se rigió por un trabajo mucho más estructurado que mi libro anterior, partiendo del tema principal, que es cómo nos afecta el “querer ser” y los fanatismos que eso provoca. Pero también se trata de abordar los temas con humor, a veces sarcástico, a veces satírico, y las más de las ocasiones de manera involuntaria. Aunque hay un tema que es el hilo conductor, los ensayos que se encuentran en Veinticuatroporsiete son legibles, tanto como etapas dentro de la construcción del libro, como ensayos separados que por sí mismos desarrollan su propio tema.

¿Cómo fue trabajar con Felipe Garrido?—Realmente no hubo un trabajo muy cercano con Garrido, dado que los tiempos que marca el programa son limitados, puesto que él estuvo solamente encargado de revisar avances y hacer algunas precisiones técnicas, lo que en suma es de agradecerse, puesto que a nivel de escritura siempre hay algunos fallos que es bueno que se hagan notar, pero él no se metió más allá en los textos. Los temas y el desarrollo de cada proyecto fue totalmente libre y creo que eso también es de agradecer, puesto que no era un taller, sino un grupo de becarios haciendo informes y Felipe me pareció un gran revisor en este sentido, contando con toda la experiencia que tiene en el campo. Sin embargo, por el lado humano, puedo decir que es una gran persona y que las escasas charlas informales que tuve con él fueron edificantes en cuanto a conocer a un tipo tan inmerso en la cultura como él ha sido.

¿Qué hay de la beca cómo fue ese trabajo?—Bueno, para empezar, la beca del Pecda es la que permite hacer este tipo de contacto como el que tuve con Felipe Garrido y, de manera más extensa, con otros becarios a los que se escucha y se da un mejor conocimiento de lo que cada quien hace. Personalmente, creo que más allá del factor económico que representa ser becario del Pecda, es este mismo apoyo que se obtiene para dar a conocer el trabajo propio lo que vale mucho del programa. Hay que tomar en cuenta que cada proyecto se lleva una gran cantidad de tiempo y esfuerzo. En mi caso, un libro, que por divertido o interesante que pueda resultar en su etapa final, la gratificación viene del saber que hay un trabajo detrás que se puede compartir con todos.

¿Dónde encontramos tu libro?
—Por el momento el libro se encuentra en Librería León, aquí en la ciudad de Puebla, y con Editorial Hilal de manera directa, quienes son los que creyeron en mi libro como un buen primer lanzamiento para su proyecto.