Barrancas de cobre, un tesoro de la naturaleza

El escritor Miquel Ibáñez ofrece un panorama, visto desde otra persepectiva, de las riquezas que hay en México, y lo plasma en su obra

El catalán Miquel Ibáñez ofrece una extensa narración de su experiencia en el corazón de la Sierra Tarahumara.

En palabras del autor, éste menciona que en México hay mucho que ver, que visitar y sobre todo que disfrutar; por lo que considera quedó enamorado del país y su riqueza desde la primera vez en que lo visitó, cuando tenía 11 años.

Oriundo de Sabadell, Barcelona, el médico de profesión argumentó en entrevista con El Popular, diario imparcial de Puebla, que a pesar de no considerarse a sí mismo como un escritor, siempre había tenido la necesidad de compartir su gusto por México.

Miquel Ibáñez se dijo afortunado por haber tenido la oportunidad de conocer las 32 entidades de la República Mexicana, donde en el estado de Tlaxcala conocería a quien se volvería su esposa. Sin embargo, fue la majestuosidad de los paisajes de Chihuahua el que robó su corazón.

“Siempre he dicho que en Chihuahua tenemos una joya, no solamente paisajística, sino de arraigo indígena como es la comunidad tarahumara, y luego los lugares, los pueblos mágicos.”

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El español reconoció que eligió a Chihuahua para habitar en su corazón, porque siempre que sus compatriotas le preguntan qué hay que visitar en México además de Cancún, es este estado del norte de México el que le llega de inmediato a la mente.

Impreso y editado en marzo de este año, este libro guarda una redacción de un año en que las memorias de Miquel Ibáñez quedaron para la posteridad. En la narración, el lector podrá tener un acercamiento con varios datos duros de la entidad, como su población y geografía.

Sin embargo, son las puntualizaciones del autor sobre las Barrancas del Cobre, las que llaman la atención de quien hojea el contenido del libro, pues se observa una minuciosa descripción sobre la cascada más alta de México y los ríos que por ahí continúan su camino.

Otro de los puntos a destacar es el retrato de la sociedad rarámuri que habita en la zona, y la convivencia del escritor y su esposa con las personas que habitan en estas comunidades indígenas. En este punto, cabe señalar que toda la fotografía utilizada en el material literario es autoría también de Miquel Ibáñez.

No se cierra a la oportunidad de una nueva obra literaria, si se brinda un espacio y las ganas de escribirlo.

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