A Bernardo Gaviño no le ha hecho justicia la revolución

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Jaime OAXACA


Agosto 20, 2019

La tauromaquia nace en España. ¿Cómo es que se aprende en México?

Los españoles que llegaron a nuestro país, que ejecutaban el toreo, fueron los modelos a seguir de los mexicanos o mestizos que les apetecía salirle al toro. Evidentemente hubo buenos y malos maestros. Uno de esos buenos, generosos, que tanto le dio al toreo en México, fue Bernardo Gaviño Rueda.

Hoy martes 20 de agosto, día de los Bernardos, se cumplen 207 años del natalicio de Bernardo Gaviño quien nació en 1807 en Cádiz, Andalucía, España. El torero murió en la Ciudad de México en febrero de 1886 a consecuencia de una cornada. Tenía 79 años de edad.

Gaviño llega a México en mil ochocientos treinta y tantos. Aporta, entre otras cosas, la ceremonia de alternativa, en nuestra patria no se acostumbraba. Es Bernardo Gaviño quien empieza a poner orden y jerarquías entre los toreros. Gaviño concede la primera alternativa en nuestro país, fue a Ponciano Díaz, miembro de su cuadrilla. Tal acto tiene lugar en abril de 1879, hace 140 años.

La ceremonia se realizó en la ciudad de Puebla en la plaza del Paseo Nuevo, una construcción de madera para 8,000 personas, el recinto estuvo ubicado en lo que actualmente es la 11 sur entre la 3 y la 5 poniente, frente al Paseo Bravo. El coso fue inaugurado en abril de 1841.

Bernardo Gaviño, que tanto aportó a la tauromaquia de nuestro país, merece ser reconocido como el padre del toreo mexicano. Parece que muchos ni se acuerdan de él, hay quien considera que ya pasó la época de ellos, que no vale la pena mencionaron. Ya se murieron, habla de lo actual, suelen decir.

Sin Gaviño y sus contemporáneos y todos los diestros que nos antecedieron, no existiría el toreo actual. Aquellos toreros son los cimientos, cargan en sus espaldas la tauromaquia que tenemos.

Curiosamente lo que más se conoce de Gaviño es el metisaca. Ni era suyo. Como su nombre lo indica consiste en meter y sacar la espada en una sola acción, sin que el acero quede en el cuerpo del toro. El famoso metisaca, que aún vemos en las plazas, ya existía cuando el diestro gaditano llegó a México, simplemente lo adoptó y se lo enjaretaron.

Se repiten los datos de Gaviño en casi todos los textos que existen. El Cossío, en el tomo 3, le da poca importancia al torero. Menciona que fue hijo de José Gaviño y María de la Nieves Rueda. Pariente lejano del torero Juan León, Leoncillo, de quien recibió las primeras lecciones taurinas, estuvo a las órdenes de Bartolomé Ximénez y del novillero Francisco Benítez. Que en 1835 dejó España, salió rumbo a América; primero a Montevideo donde estuvo varios años, luego a Cuba y de ahí vino a tierra mexicana.

El historiador Francisco Coello Ugalde, anota en su libro (Bernardo Gaviño y Rueda: español que en México hizo del toreo una expresión mestiza durante el siglo XIX) que el diestro también estuvo en Perú. Leer al maestro Coello siempre es una magnífica opción para aprender de toros.

Juan Pellicer Cámara (Cartas Taurinas 1973) escribe al respecto: “su estancia aquí dejó una huella profunda, fue un patriarca incansable en el ejercicio de su profesión. El repertorio de suertes y aún de la manera de vestir tuvieron en Gaviño un poderoso transmisor. De lo que Gaviño impuso y de lo que a él le impuso nuestro medio, nació el mestizaje, que tuvo su afirmación y evolucionó más a más, hasta adquirir un tipo perfectamente definido, con sello y personalidad muy propios”.

Gaviño acepta torear en Texcoco en enero de 1886. Con muchos años de edad, sin facultades físicas y sin dinero, es herido por el toro Chicharrón de la dehesa de Ayala, falleció días después.

Los que se ponen frente a un toro son toreros. La diferencia, la jerarquía, entre ellos, la otorga la alternativa ¿Sabrán todos los matadores de toros quién otorgó la primera alternativa en este país, a quién se la dieron y cuándo fue? Seguramente sí. Entonces, ¿qué esperan para rendirle un homenaje a quien la estableció en México?

A Bernardo Gaviño no le ha hecho justicia la revolución.

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