Alguna vez, todos hemos sido asistentes humanitarios: Cruz Roja

Ser parte de la Cruz Roja, en ese sentido, significa ser miembro de la organización humanitaria más grande del mundo

“Es increíble la capacidad de respuesta que tiene la gente,” asegura Jesús Soto, coordinador estatal de voluntariado de la Cruz Roja de Puebla, recordando uno de los eventos que más lo ha marcado en los últimos 15 años: el sismo del 19 de septiembre de 2017, día en que, desde el primer momento, miles de personas se sumaron a los trabajos de asistencia humanitaria.

Cada 19 de agosto, desde que Naciones Unidas instituyó la celebración, se rinde homenaje a los trabajadores y trabajadoras que en muchas ocasiones arriesgan su vida para llevar asistencia a personas y comunidades afectadas por crisis, sean estas naturales o en algunos casos, de carácter bélico.

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Este año se pone especial énfasis en las mujeres, quienes desde que el Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja se fundó —acota Jesús—, siempre han sido protagonistas en la atención humanitaria. “Más de 700 mujeres, que representan a la mitad de los voluntarios de Puebla trabajan día con día como paramédicos, juventinas, damas voluntarias y veteranas, llevando este mensaje de paz.”

Ser parte de la Cruz Roja, en ese sentido, significa ser miembro de la organización humanitaria más grande del mundo.

En México, sin embargo, suele creerse que las actividades se limitan únicamente al servicio de emergencia y de las ambulancias, cuando en realidad se avocan a otra decena de tareas entre las que se encuentran programas de salud comunitaria, prevención de enfermedades, seguridad vial, preparación en primeros auxilios y activación de servicios médicos.

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