Egresan jóvenes artistas del Instituto MacuilXóchitl

Con la presentación de un nutrido banquete cultural de poesía, música y danza, el Instituto de Artes MacuilXóchitl despidió a la generación 2014-2019

Con la presentación de un nutrido banquete cultural que incluyó poesía, música y danza, el Instituto de Artes MacuilXóchitl despidió a la generación 2014-2019, que llevó por nombre “Jóvenes Antorchistas: Berenice Bonilla, Omar Lugo y Nancy López”.

En el abarrotado Teatro de la Ciudad, los alumnos del instituto presentaron bailes de Guerrero, de la Sierra Norte de Puebla, fusión de las Huastecas, bailes de Sinaloa y una pieza de ballet; además, los graduandos ofrecieron su último baile con el vals “Alejandra”, del autor mazatleco Enrique Mora Andrade.

En este contexto, la madrina de generación, Atenea Román Serrano, rectora del Centro Universitario Tlacaélel (CUT) del Estado de México, explicó que el Instituto MacuilXóchitl tiene como objetivo desarrollar la sensibilidad en todas sus formas dentro de cada uno de los alumnos que terminan su formación, para que se miren introspectivamente y descubran que han cambiado para ser mejores bailarines, músicos, pintores; pero sobre todo, mejores personas.

Ante maestros, padres de familia y miembros de la Dirección Nacional del Movimiento Antorchista, Atenea Román afirmó que el sistema económico que rige las políticas sociales del país le ha dado la espalda al arte y la cultura, pues desde que el arte se convirtió en una mercancía que se puede usar y desechar, perdió su espíritu de liberación.

Cuando el gobierno y el sistema económico —dijo— trabajan constantemente para que el pueblo pierda la sensibilidad y la solidaridad de sus semejantes, nos hacemos más susceptibles de ser manipulados y controlados en beneficio del servicio de los intereses de una élite que sin duda pretende enriquecerse a costa de nuestra apatía y nuestra indiferencia. Para evitar entonces la alienación, es preciso que todos desarrollemos nuestra capacidad creadora; debe el arte pasar a ser un arma que represente una necesidad para nosotros.

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La madrina de generación explicó a los egresados en las licenciaturas en Danza Folclórica Mexicana y Expresión Artística, que “el arte, como todo en nuestra vida, es para nosotros un acto político, pero considerar a la cultura como un acto político comienza con democratizar el arte: hay que sacar las obras de los museos, de las academias, del caballete y llevarlas a las plazas públicas, a las colonias populares, a los espacios rurales más recónditos y ponerlos al alcance de la gente para que se entusiasme, se emocione y se sensibilice. Que el pueblo sienta la cultura como una necesidad y la asimile para transformar su entorno y su vida misma”.

Sin embargo, afirmó que para este proceso de democratización del arte, es preciso un gobierno que destine recursos para construir los espacios adecuados, “no uno que atente contra las instituciones culturales de nuestro país, ya de por sí mancilladas; la política de austeridad del gobierno de López Obrador y de la Cuarta Transformación frente a la cultura es un tiro en el pie y una equivocación muy grave, reducir el presupuesto destinado a la cultura es tan peligroso como cerrar escuelas o desmantelar hospitales, puesto que esta medida atenta contra el bienestar de la comunidad y contra la capacidad creadora del pueblo en general”.

La Cuarta transformación en lugar de promover el arte y construir espacios, ha decidido cerrar la llave a sus recursos y en su lugar crear programas de repartición y distribución de subsidios que poco atacan la pobreza en la gente y poco ayudan al crecimiento de la economía de nuestro país: en este año el gobierno redujo 7.6 por ciento al presupuesto de cultura, proporción que se traduce en casi mil millones de pesos menos para apoyar las artes y a nuestros artistas, lo que tendrá consecuencias muy graves, que con el tiempo iremos observando”.

Román Serrano afirmó que, en cambio, el Movimiento Antorchista Nacional, desde su fundación, ha reconocido en la cultura un arma del pueblo para luchar por mejores condiciones de vida y el Instituto MacuilXóchitl es ejemplo de ello, pues “no buscamos crear artistas desapegados de su entorno; no buscamos crear la perfección individual y el goce estético para los fríos mármoles de los museos, buscamos el calor del pueblo. Buscamos rescatar la alegría de la verbena popular, rescatar las tradiciones que nos identifican como mexicanos; rescatar el dolor y la felicidad histórica de nuestro pueblo que se sintetiza en las obras de arte”.

Por último, explicó que esta generación que egresa lleva el nombre de “Jóvenes antorchistas” como homenaje a los que “se han ido cuando nuestro mundo apenas amanecía, y los honraremos de la mejor manera en nuestras distintas actividades. Por eso mismo invito a cada uno de los egresados a que se incorporen al Movimiento Antorchista y entiendan la necesidad de propagar el trabajo cultural a lo largo y ancho de la República y que se dediquen a cambiarlo todo por un México mejor.”

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