Una luz en las tinieblas

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Invitado


Agosto 18, 2019

POR JAVIER SEPÚLVEDA


Esta semana, como casi todas desde hace ya algún tiempo, ha estado marcada por los encabezados a los cuales nos hemos comenzado a acostumbrar: linchamientos; complicaciones económicas; gobiernos derrocados; nuevas enfermedades; cumbres y reuniones internacionales que sólo concluyen en la necesidad de programar nuevas cumbres y reuniones internacionales; ese primitivo deporte que se practica a patadas --el futbol, por supuesto--. En fin, en lo que se ha convertido la levedad del ser, casi insoportable –dijera Kundera--.

Sin embargo también hemos sido testigos de un acontecimiento sin precedentes, trascendental en muchos sentidos y alcances, legatario de una transformación no solamente en el quehacer educativo, sino en la edificación personal de quienes en él hemos participado. Me refiero la a inauguración del ModeloTec21 que el Tecnológico de Monterrey ha lanzado como uno de los sistemas educativos más disruptivos de este siglo, y con miras a seguirlo siendo por mucho tiempo.

Inmerso en tal emoción, quiero dedicar esta publicación a reflexionar sobre un aspecto que posiblemente nadie pensaba que así llegaría a ser: el papel primordial y definitivo que ha venido a asumir el profesor dentro del aula, que no lograba dibujarse con plena certeza en este nuevo escenario; así es, las formaciones imaginarias —recordando a Julieta Haidar— acerca de lo que un maestro inspirador tendría que ser, oscilaban entre extremos que nos recordaban a un filósofo griego, lo mismo que a un emprendedor de este siglo.

Debo decirles que nunca antes, en los 13 años de haber podido desarrollar mi vocación de enseñanza, me había involucrado con tanta pasión, entusiasmo y preparación como lo he hecho ahora, porque de pronto me hice consciente de que este maravilloso modelo, y lo es en todos los sentidos que podamos imaginar –tecnología, conocimiento, experiencia vivencial, multidisciplinariedad, retos, competencias, colaboración, emprendimiento…, descansa –ante todo-- en los profesores.

Quizá la nota más significativa de esta nueva propuesta es la reflexión crítica de los acontecimientos en términos zizekianos—. El saber por el saber queda atrás y el descubrimiento de verdades pasa a segundo plano, para dar cabida a la comprensión de la realidad, a la explicación de las cosas. La búsqueda del conocimiento sólo puede sostenerse en las razones de su justificación, y no en la irreflexiva utilidad de sus inventos.

Como colaborador educativo en una unidad de formación, el bloqueTransformación del México Contemporáneo, el cual comparto con otros dos profesores y amigos Maribel y Jaime, los mejores que he conocido hasta ahora por lo que saben y por lo que son, ahora no sólo debemos señalar por ejemplo que la migración no es un problema, sino un fenómeno; sino que debemos explicar por qué es así.

El aprendizaje holístico, compartido, se perfila como la búsqueda permanente de comprender al mundo. Poco es el espacio para compartir la experiencia vital que me llevo en esta semana, y pido en tal sentido que se me disculpe por no hacerlo, pero al mismo tiempo solicito a los muchos o pocos lectores que tenga, que sepan que ahora más que nunca el Tec de Monterrey deja un legado. Que los futuros profesionistas que egresen del ModeloTec21 serán ciudadanos comprometidos con su entorno, solidarios, comprensivos, generosos, conscientes de la otredad, al tiempo que estarán imbuidos en la cúspide del desarrollo tecnológico y a la vanguardia de sus disciplinas.

Esto lo puedo adelantar porque detrás de esos seres humanos ya hay ahora otro grupo de personas que comparte y los forma bajo esos estándares y principios: sus profesores. A ese binomio perfecto, toda mi admiración y respeto.

 

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