Rápidos y furiosos: Cada quien con su cada cual

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Noé Ixbalanqué


Agosto 14, 2019

Cuando un producto fabricado en serie inicia su declive en la curva de consumo, sus productores cambian algo para “mejorarlo” y de esta manera iniciar una nueva curva de consumo. Pero se trata del mismo producto que no aporta nada nuevo, pero parece renovado a los ojos del consumidor irreflexivo. Así sucede con los refrescos de grandes marcas, con los detergentes, con los automóviles o con las películas de franquicia. Tal es el caso del nuevo producto de la serie Fast & Furious, el noveno, el spin-off igual de mediocre llamado Rápidos y furiosos: Hobbs & Shaw (Fast & Furious Presents: Hobbs & Shaw, EU, 2019) dirigida por David Leitch y protagonizado por Dwayne Johnson, Jason Statham e Idris Elba.

Cuando un comando del MI-6 británico falla al asegurar un peligroso virus que diezmará la población mundial, Hobbs (Dwayne Johnson) un agente samoano, pero radicado en los Estados Unidos, al servicio de la CIA, y Shaw (Jason Statham) un agente británico, también al servicio de la CIA y del MI-6, son reclutados para recuperar el virus robado por una agente traidora. Pero resulta que dicha traidora es la hermana de Shaw y fue incriminada por Brixton (Idris Elba) el verdadero criminal. Robar el virus y activarlo es parte del plan de una gran corporación que busca mejorar la especie humana ante su inminente extinción. Hobbs y Shaw, aunque se odian desde el pasado, tendrán que unir fuerzas para salvar al mundo.

Una historia bastante cliché. Una historia que ya hemos visto tantas veces que no hay nada nuevo que experimentar. Pero qué se le puede pedir a un producto fabricado en serie y no en serio. Usando el recurso de la acción violenta a la menor provocación por medio de coreografías sin mucho sentido, así como la comedia barata con ironía y doble sentido, los guionistas de esta película usan fórmulas de cajón. Por supuesto que la actuación de Johnson y Statham son igual de esquemáticas y prefabricadas de manera tal de que no hallaremos nunca en ellos un verdadero personaje logrado por un gran trabajo actoral. Un caso aparte es el de Idris Elba, un excelente actor que es desperdiciado en esta película.

El director David Leitch, quien es el culpable de la franquicia Deadpool, con mal gusto, exceso de escenas de acción, violencia gratuita, doble sentido absurdo y premisas superficiales y hasta tontas, presenta este producto cinematográfico, y son los mismos recursos de sus otros productos. Por supuesto que el mercado al que van dirigidas estas franquicias adora este espectáculo, pero lamentablemente, tal cinta no contribuye positivamente a su formación como público. Estas películas son productos chatarra, esos que disfruta ese mercado, sin importar si es comida, ropa, música o cine.

Rápidos y furiosos: Hobbs & Shaw es un producto mediocre para un mercado igualmente mediocre. Cada quien con su cada cual.


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