Toca el turno de Morena

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Ramón Zurita Sahagún


Agosto 13, 2019

Solventado el asunto de los priistas que ya eligieron a su nuevo dirigente nacional en la persona del gobernador con licencia de Campeche, Alejandro Rafael Moreno Cárdenas, toca a Morena entrar en la misma dinámica, para que cuenten con una nueva dirección nacional o mantengan la misma que preside actualmente dicho organismo político.

Hasta el momento son cuatro de sus principales soldados los que han alzado la mano, dos hombres y dos mujeres: Yeidckol Polevnsky y Bertha Lujan, por el lado de las féminas y Mario Delgado y Alejandro Rojas, por el de los varones.

Los cuatro han expresado abiertamente su deseo de participar en la contienda por la dirigencia nacional y cada uno de ellos trae sus proyectos, programas, respaldos, recursos y experiencias, para alcanzar dicha meta.

De los cuatro, las preferencias, hasta ahora, se ciñen en dos de ellos, Bertha Lujan y Mario Delgado, aunque no descartan la posibilidad de que se mantenga la misma dirigencia nacional de la actualidad. El que menos respaldo trae es Alejandro Rojas, quien recorre el país desde hace meses en busca de convencer a la militancia de su propuesta y alcanzar el respaldo suficiente para llegar a su destino.

Rojas mantiene un abierto enfrentamiento con Yeidckol como antes lo trajo con Luis Miguel Barbosa y otros personajes de la cúpula partidista y miembros de la cuarta transformación. Se duda que alcance su propósito y hasta de que participe en la contienda final por la presidencia del partido, ya que ha perdido el respaldo de su sombra protectora Ricardo Monreal. Rojas trae su estrategia para evitar las imposiciones en la elección interna y lograr la unidad en la pluralidad en Morena.

Yeidckol trae algunos puntos a su favor, como lo son su cercanía con el líder moral del Movimiento y algunas estrategias que le funcionaron a la ex dirigente empresarial, por lo que se considera que la recompensa sería mantenerla en el cargo por otro período más.

Mario Delgado ha sido desde siempre un operador de Marcelo Ebrard, quien lo ha mantenido a su vera desde los tiempos de su gobierno en el desaparecido Distrito Federal, donde intentó convertirlo en su sucesor, pero Mario no garantizaba la victoria, lo que obligo a Marcelo a cometer el peor error de su vida, al empujar la nominación de Miguel Ángel Mancera. Ahora Marcelo en dupla con Ricardo Monreal va con todo a favor de Delgado, quien aprovecha su cargo de “pastor” de la bancada en San Lázaro para acudir a los informes de los legisladores de Morena de la Cámara alta.

Bertha Lujan parecía la ungida en un principio, por su cercanía con el Presidente de la República, de quien ha sido una eficaz colaboradora desde la Contraloría del gobierno del DF en los tiempos de AMLO; pasando por la secretaría general de Morena y la presidencia del Consejo Nacional de dicho partido. Su mayor reto será el de convencer a la militancia que no forma parte de una familia dominante dentro de la Cuarta Transformación, donde dos de sus hijas forman parte de la alta burocracia el gobierno federal, especialmente Luisa María Alcalde Luján, secretaria del Trabajo.

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