El PRI de los nuevos tiempos

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“Un partido que es capaz de autocriticarse

muestra que se mantiene despierto.”

Alicia Moreau de Justo

 

El fin de semana ocurrió un fenómeno insólito en nuestro país; el partido político que por décadas mantuvo el poder, llevó a cabo sus elecciones internas para renovar su dirigencia nacional, de forma casi desapercibida. Fue un hecho que para buena parte de los analistas llamó la atención, alertando sobre un cambio que quizás no sea reconocido todavía, pero que seguramente afectará al sistema político en su conjunto, más allá de la vida interna de esta fuerza política.

Desde mi perspectiva, esta es la lectura de la elección interna en el PRI hasta ahora:

1) No hubo interés en el proceso interno en los miembros del partido, ni en la opinión pública en general. Ya no es relevante lo que pase en el PRI porque parece que no hay nada nuevo en sus procesos internos para tomar decisiones. Al menos esto refleja la baja participación en el proceso de renovación de la dirigencia nacional y la baja actividad en la conversación pública sobre el tema. Este proceso no tuvo la relevancia que en otros momentos sí se vivían en el partido y esas fueron las consecuencias. Las elecciones internas más notorias fueron entre 2000 y 2010, habiendo tal vez dos o tres trascendentes, como la que protagonizaron Roberto Madrazo y Beatriz Paredes. Eran otros tiempos, había otros liderazgos y el partido ocupaba una posición estratégica en el sistema político mexicano.

2) Es notorio el declive del PRI en el sistema de partidos, ha transitado de un modelo hegemónico hacia uno que se supondría más competitivo, pero que en realidad refleja la capacidad de esta organización para mutar y adaptarse a las circunstancias del momento político. Aunque no es previsible su desaparición, se puede observar un debilitamiento de su organización política porque el partido está fuertemente dividido entre quienes están dispuestos a cambiar de posición para irse a Morena, a cambio de mantenerse en el poder; y por otro lado, están quienes intentan hacerle frente al escenario actual, perseguidos por el grupo político en el poder. De esta manera, se agudiza una falta de identidad propia y de rumbo del lado de la oposición.

3) El PRI no ha sabido acomodarse a la orfandad del poder cuando no tiene la dirección de la Presidencia de la República. Internamente se han abierto grupos opositores que han buscado apropiarse de la dirigencia y han roto con principios fundamentales, como la disciplina, la unidad y la lealtad. Por el contrario, es posible advertir que lo que viene va a ser un reacomodo de fuerzas por la sobrevivencia, afrontando una pérdida paulatina de poder, a cambio de poder. Los resultados de esta jornada nos pueden dar esta perspectiva, ya que parece que el liderazgo electo buscará estar más cerca del partido político en el poder.

4) De acuerdo con miembros del partido, sigue habiendo una falta de democratización interna y prácticas como el acarreo o la compra de votos, que hacen poco confiable y creíble el resultado de la elección interna. Alejandro Moreno fue electo el fin de semana, pero se ha cuestionado su legitimidad y esto no abona a la renovación del partido y su fortalecimiento interno para ser competitivos, en medio de la crisis que atraviesa el PRI.

5) Este partido político será por primera vez en su historia una oposición cercana a un movimiento social y político, y no un partido político en el poder. Con este resultado en las elecciones internas, está ganando fuerza el grupo que está más cerca del Presidente de México, mientras la pierden los disidentes. De esta forma, el PRI se consolida como un partido político con fuerte capacidad de adaptación al entorno, de impulsar procesos democráticos instrumentales y de convertirse ahora en un partido satelital o paraestatal. Pragmático, estratégico y alineado al poder. Esto implicará que el partido gane, perdiendo sus propios espacios de poder, recursos y una identidad propia en la reconfiguración del sistema político. Es posible entonces que con este reacomodo al interior del PRI, surja un cambio de nomenclatura, transformándose de PRIMOR hacia MORPRI, tomando en cuenta que será Morena el partido político dominante.

 

* Profesor de Tiempo Completo del Tecnológico de Monterrey

@floresm_mx

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