Rosario Castellanos, un legado de poesía y crítica

La poetisa aportó grandes referentes a la cultura contemporánea con sus obras de tintes indigenistas y feministas que defendían los derechos de las minorías

Considerada como una de las escritoras más importantes del último siglo a nivel nacional e internacional, la narradora y poeta mexicana Rosario Castellanos es recordada a 45 años de su fallecimiento.

Fue un 25 de mayo de 1925 cuando en la capital del país nace Rosario Castellanos Figueroa, aunque fue Chiapas el estado donde pasaría gran parte de su vida, comenzando desde muy pequeña y hasta sus estudios de secundaria.

Viviendo en un rancho de su familia en Comitán, Chiapas, Rosario vivió dos acontecimientos que marcaron su vida; uno de ellos fue la muerte de su hermano menor por una apendicitis, mientras que el otro evento tuvo que ver con el menosprecio a la población indígena que se vivía como consecuencia del porfiriato.

Fue este último contexto el que más adelante la distinguiría como diplomática, con sus aportes a modo de crítica a la corriente indigenista y a la sociedad clasista.

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De su formación

Con escasos 15 años, Rosario Castellanos comenzó su carrera cuando publicó sus poemas en un diario de Tuxtla Gutiérrez, y años más tarde, en 1948, con 23 años de edad, sucede otro evento que la deja huérfana y con una situación financiera limitada.

Para 1950, con la necesidad de estudiar y profesionalizarse en la actividad en la que había encontrado un profundo amor, ingresa a la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), donde se recibe como maestra en filosofía. Fue en este periodo donde tuvo la oportunidad de relacionarse con otros maestros de las letras, como Ernesto Cardenal, Dolores Castro, Jaime Sabines y Augusto Monterroso.

Gracias a su desempeño, Rosario Castellanos obtuvo una beca para estudiar en España, adonde viajó y se profesionalizó en Estética en el instituto de Cultura Hispánica en la Universidad de Madrid.

De su trayectoria

Una vez que regresó a México, Castellanos ingresó como docente en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM; mismo caso en la Universidad de Wisconsin, en la Universidad Estatal de Colorado y en la Universidad de Indiana.

Durante varios años redactó para el diario Excélsior; además, continuó publicando diversos poemas y ensayos, que más tarde la hicieran famosa.

Rosario Castellanos es recordada también por sus aportes a la difusión cultural, al ser promotora del Instituto Chiapaneco de la Cultura y del Instituto Nacional Indigenista. Destacó por defender la postura de la mujer, lejos de la imagen de víctima y de débil, que se implementaba en esa época.

De su fallecimiento y su legado

Rosario Castellanos nunca estuvo a favor de inclinarse por el indigenismo o el feminismo, pues consideraba que sus escritos abordaban ambas temáticas sin llegar necesariamente a un punto radical.

Como suele suceder con muchos lectores, Rosario Castellanos se sumó a la lista de los escritores que no recibieron la atención que se merecían durante su época, sino hasta después de su muerte; misma que ocurrió el 7 de agosto de 1974, cuando fungía como embajadora de México en Tel Aviv, Israel.

En la actualidad aún es recordada y catalogada como una de las escritoras mexicanas más sobresalientes en los últimos tiempos. Fue gracias a sus aportaciones como periodista, docente y promotora cultural que algunos de sus textos son considerados como “indispensables” en la literatura mexicana por varios estudiosos de las letras.

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