La satisfacción de llevar el desarrollo al interior del estado y la búsqueda de la sustentabilidad alimentaria, son las razones que movieron a José Álvarez Laso a instalar el Agroparque Esperanza, que, además de cosechar manzanas, cultiva inclusión social.
El origen del Agroparque se concibe desde hace más de 12 años, cuando un grupo de desarrolladores industriales promovieron un espacio fuera de la ciudad para detonar la economía del interior del estado e, incluso, generar clústeres con el apoyo de empresas en Veracruz por la cercanía que tiene el municipio de Esperanza con dicha entidad.
“Después de hacer varios intentos con brócoli y hortalizas, nos dimos cuenta de que una de las vocaciones importantes de la zona de Serdán son los frutales y entonces nos dedicamos de lleno a hacer un parque agrícola dedicado a las frutas de la región. Lo que hicimos fue invertir en naves industriales y maquinaria para procesar manzana y en el resto del área sembramos 75 mil árboles de manzana de los cuales sacamos la materia prima para la venta en fresco y para el proceso de una empresa que se dedica a hacer jugos y otra que se dedica a las conservas”, relató Álvarez Laso.
Ahora, se cuenta con cuatro clústeres en la zona de Esperanza, Tlachichuca, Serdán y Guadalupe Victoria, donde se ha hecho socios con 253 fruticultores poblanos, comparten tecnología y detonan el desarrollo en la región; además, el proyecto fue ganador del Premio Nacional Agroalimentario.
Álvarez Laso explicó que en Esperanza se ubican las naves industriales, la empacadora, las plantas de conservas y bebidas, pero el primer clúster se instaló en Guadalupe Victoria, en más de mil 320 hectáreas para sembrar árboles de manzana y, aunque los sembradíos de Serdán y Tlachichuca son más pequeños, se busca involucrar a la población para que obtenga algún beneficio.
“Hoy tenemos 253 socios fruticultores, se trasmite tecnología y se provee de material vegetal para que ellos empiecen a hacer sus primeras pruebas en tierras. Hay familias que pueden tener dos hectáreas para dedicarse a la manzana y tener un pequeño invernadero donde tengan captación de agua pluvial y hagan la cosecha, porque el acuífero de la región está restringido, entonces recuperamos el agua con esos procedimientos”, apuntó.
Detonar el crecimiento
De manera permanente, el Agroparque Esperanza genera 150 empleos y por el resto del clúster se tienen hasta 250 plazas de trabajo, este número se duplica a partir del último cuatrimestre del año, cuando inicia la cosecha y la temporada de sidra.
Las proyecciones positivas derivan de la vocación rural de Puebla y la expansión tanto de la planta como del mercado, pues se enfocan en la cosecha de la manzana roja, mientras que Chihuahua que es el primer productor se dedica a la amarilla y red delicious, lo que abre una gran oportunidad de incrementar los volúmenes de producción y ventas.
Además del desarrollo del agro en la región, también se han incluido las energías limpias, pues entre 2015 y 2016 se pusieron 33 aerogeneradores y, para este año, se prevé la inversión para 90 dispositivos más con el fin de promover la sustentabilidad.
“Estamos seguros que lo que va a liderar el mercado es el tema agroalimentario, nosotros en México debemos cubrir nuestro déficit agroalimentario para 2050 y debemos tener el 75 por ciento de nuestra seguridad alimentaria y lo tenemos que producir nosotros mismos”.
El director general del proyecto señaló que además de producir manzana también se cosecha frambuesa y fresa, pero se usa para el proceso de bebidas y conservas; por ejemplo, a la sidra se le da la coloración rosada con jugo de frambuesa, lo que hace de la bebida un sabor único.
Lanzan Manzanita de Zacatlán
En la búsqueda de ofrecer productos innovadores con la materia prima que cosechan, se compró la marca Zacatlán y se ofreció una bebida hecha con la manzana fermentada, reconocida como un producto alimenticio de trascendencia por su sabor, traición y origen.
Es la Manzanita de Zacatlán uno de los productos que pretenden exportar por la oportunidad que tiene en el mercado norteamericano; sin embargo, se requiere de certificaciones para comprobar la sanidad e inocuidad del producto antes de iniciar el procedimiento.
En la actualidad, la bebida se vende en el estado de Puebla y con mayor énfasis en sitios turísticos ya que identifica a los poblanos, aunado a que el producto está por introducirse en entidades como la Ciudad de México, Hidalgo, Veracruz y Oaxaca.
Álvarez Laso consideró que el país tiene una gran oportunidad de crecimiento pese a que se cierren las fronteras y se reduzcan las posibilidades de exportación, porque se volvería autosustentable y generaría riqueza con el trabajo de su propia gente, además de autoconsumo.
“La manzana es un producto que se consume en todo el año, el campo tiene una buena oportunidad, somos el primer comprador de carne de cerdo en Estados Unidos, entonces hay una gran oportunidad para Puebla en la zona de Tehuacán, el maíz, de granos recibimos el 80 por ciento de importación de Estados Unidos, tendríamos otra oportunidad para crecer en las zonas del norte y México tendría una nueva forma de desarrollarse, regresaríamos a nuestra forma básica de desarrollo, la agricultura”, concluyó.